La Boca
“No siempre la solución a la violencia de género está en una denuncia penal”, dice Ana Salvatelli, la abogada que llegó al Consejo de la Magistratura porteño el año pasado y está al frente del Centro de Justicia de la Mujer, desde donde se busca darle una asistencia integral a las víctimas de violencia doméstica. Por el centro instalado en el corazón de La Boca, desfilan mujeres y miembros del colectivo LGTBIQ. Todas buscan lo mismo: una respuesta desde el Estado. Más con las dificultades que impuso la pandemia.
Precisamente, este período se atendieron más de 500 casos. La mayoría de las víctimas son del barrio de La Boca. Pero con una experiencia de trabajo desde hace dos años, el CJM busca extender la difusión de su trabajo para dar soluciones concretas a más víctimas.
Salvatelli explicó que este área tiene funciones más amplias que la Oficina de Violencia Doméstica que funciona bajo la órbita de la Corte Suprema de Justicia de la Nación porque “el centro se integra con los Ministerios Públicos de la Ciudad”. La consejera resaltó el rol de los fiscales, la defensoría, los organismos de gobierno, como la brigada de la mujer, que depende de la Policía, y la Dirección Nacional de la Mujer. “¿Por qué esto nace así integrado? Porque la idea es dar una abordaje integral a la violencia. Tratar de aportar soluciones en el mismo espacio”, señaló.
El primer objetivo es evitar la revictimización. Salvatelli explicó que la persona que atraviesa una situación de violencia recibe asistencia, generalmente, después de hacer una denuncia penal, pero en este lugar también puede contar con “equipos interdisciplinario de trabajadores sociales, psicólogos, abogados que evalúan el riesgo si llega con lesiones, se le puede dar también un botón antipánico”. Hay además subsidio habitaciones a través de de la defensoría. “La solución puede no ser una denuncia penal”, afirmó.