Noticias - Actualidad
Bajo la consigna “Visibilizar voces de la villa”, se llevó a cabo este jueves 28 de octubre la primera charla TED en un barrio popular. El evento, que tuvo lugar en la Cancha Güemes del Barrio Mugica -ex Barrio 31-, contó con la participación de varias personalidades que, desde sus distintas disciplinas, actividades y experiencias, tuvieron la oportunidad de transmitir sus historias de vida.
«Desde el Ministerio trabajamos para que el lugar donde se nace o se elige vivir no condicione las oportunidades, y por eso creemos tanto en el valor de la integración sociourbana de los barrios populares y en dar voz a quienes viven en los barrios. En los sectores populares hay un valor enorme, por eso celebramos y acompañamos esta iniciativa de TEDx en el Barrio 31 que representa un paso más en este sentido», afirmó María Migliore, ministra de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad de Buenos Aires, quien participó del evento como parte del público.
La primera oradora en tomar la palabra fue “La Joaqui”, actriz, cantautora, compositora y rapera, quien durante su exposición reveló que fue víctima de violencia de género. “Para los que creen que no se puede salir de la violencia, acá estoy yo. Yo estuve a punto de morir a manos de otra persona. Estuve años pensando que morir era la solución para todos. Me quedé sin trabajo, sin carrera y mi familia se destruyó. Reconocer patrones de violencia es posible, evitar que esa violencia crezca también, y salir de esa violencia también”, enfatizó. Nacida en la ciudad de Mar del Plata, “La Joaqui” vivió su infancia en Costa Rica y la adolescencia en Argentina. Tras transitar una vida difícil, comenzó a encauzar su futuro a través del freestyle, donde se destacó entre los participantes de las competencias Underground y fue la primera mujer en clasificar en una semifinal de la batalla de gallos más conocida. Luego atravesó diversos géneros, como el trap, y fusionó ritmos derivados del rock, R&B y cumbia, dada su amplia versatilidad y conocimiento de los géneros musicales. Su último lanzamiento, titulado “Lassie”, es una fusión musical RKT y contó con la participación de L-Gante.
Luego fue el turno de La Queen. Nacido como Walter Javier, sus padres biológicos la abandonaron en una caja de cartón en la puerta de un hospital y la rescató una enfermera llamada Reina, quien luego inspiraría la elección del nombre artístico con el que se la conoce actualmente. Tras pasar tres años en orfanatos, su madre adoptiva crió a Walter en Fuerte Apache con toda la libertad para que pudiera ser quien quisiera sin abandonar los valores que hoy promueve desde su lugar como artista. “Todos, todas y todes tienen esa luz, el brillo y todo lo que quieren ser. Lo pueden lograr. Si lo dicen, lo piensan y lo creen, van a ver que es así. A mí toda mi vida me dijeron que nunca iba a llegar a ningún lado por ser de dónde soy. Eso es una locura”, dijo.
Más tarde, subió al escenario el comediante y escritor Damián Quilici. Oriundo de Tigre, conurbano norte, a los tres años aprendió a leer gracias a su abuelo. A los 14, escribió su primer poema dedicado a una noviecita del barrio. Luego tuvo que salir a trabajar y se olvidó de la escritura. Así fue como pasó varios años en distintas fábricas del tercer cordón del conurbano, hasta que el 2012 dejó todo para dedicarse al stand up. De los diarios a la tele, de la tele a los festivales. Después de esta experiencia, Quilici adoptó el seudónimo de “El Freud de la villa” y se dedicó a escribir crónicas marginales. Tras editar sus propios libros en pdf, volvió a los escenarios como poeta. Hoy se dedica a vender libros para celulares en sus redes y además coordina un laboratorio de letras, un innovador espacio de escritura interactiva a través de las redes sociales que cuenta con 90 participantes de todas las edades. “Hay que romper con el paradigma de la literatura como algo elitista o clasista. Cualquiera puede escribir. Todo es poesía, y todo el mundo tiene algo para contar. ¿Ustedes qué historia tienen para contar?”, interpeló al público.
Le siguió José María Di Paola, más conocido como el «Padre Pepe», quien está al frente del Hogar de Cristo, un programa de recuperación de la adicción a las drogas de la Parroquia Virgen de Caacupé del barrio porteño de Barracas y también en una capilla situada en el barrio José León Suárez, en el partido de San Martín. Líder de los «Curas villeros”, desde hace años trabaja sin tregua para acompañar y aportar a la vida de los más necesitados. “Hay que fortalecer los barrios, que fueron realmente abandonados durante mucho tiempo. Creemos en la comunidad organizada. Creemos que el Estado más cercano y las organizaciones del pueblo son los que tienen que transformar la realidad. Y por eso ponemos lo mejor que podamos realizar para que este cambio se dé también de abajo hacia arriba”, remarcó.
El siguiente orador fue Luis Guisbert Condori, un emprendedor de 29 años que vivió toda su vida en la villa 31. Hoy trabaja en la Secretaría de Inclusión Social y Urbana de la ciudad de Buenos Aires y además cursa el tercer año de la carrera de Ciencias Políticas y Gobierno. En paralelo, se desempeña como presidente de una asociación civil que fundó en 2017 y desde donde lleva a cabo proyectos vinculados a los ámbitos cultural, social y educativo. “Mi mensaje es que no importa de dónde vengas, no importa lo que digan de vos, o cómo te vean, o tu situación económica. Lo que importa es cuán dispuesto estás a trabajar para alcanzar tu proyecto de vida, vengas de donde vengas”, explicó.
Otra de las participantes fue Lucía Sánchez, quien vive en el Barrio Obrero, donde nació, y se encuentra camino a concluir su tesis para obtener el título de licenciada en Ciencia Política. Hace unos años, Sánchez comenzó a formarse en el diseño de ciudades inteligentes y sostenibles, y centró su especialización en la inclusión social como eje transversal. Referente barrial y trabajadora social, se dedica a construir comunidades y pensar ciudades. Junto a los vecinos, en su barrio trabaja en diversos programas culturales, educativos y sociales que buscan mejorar el hábitat de manera integral y fomentar el cuidado del ambiente. “Hagamos realidad que los asentamientos urbanos y las ciudades sean seguros, resilientes, inclusivos y sostenibles. Lo podemos hacer ahora. Lo tenemos que hacer ahora. Pensemos esa ciudad”, exigió.
El siguiente invitado en tomar el micrófono fue Ezequiel Arielli, un joven de “Ciudad Oculta” (Villa 15), una de las villas más grandes de la ciudad de Buenos Aires, ubicada en Lugano. Hoy Arielli tiene 34 años y lleva 16 trabajando en el mundo IT. Su rol en ingeniería es el de Sr. DevOps Engineer, y cuenta con experiencia trabajando en aplicaciones de gran escala. Actualmente se desempeña como consultor IT y colabora con empresas que necesitan escalar aplicaciones utilizando tecnologías modernas. “Nunca me rendí, siempre insistí. El esfuerzo les puede cambiar la vida para siempre”, subrayó Arielli.
Por último, expuso Silvia Flores, presidenta de la cooperativa “La Juanita Digital”. Flores estudió Educación Popular y Psicología Social, algo que le permitió adquirir herramientas para el trabajo en el territorio. Nacida en La Matanza, desde los 16 años acompañó a su padre “Toty» Flores en la construcción de MTD La Matanza y en 2001 en la constitución de la Cooperativa “Barrio La Juanita” LTDA. Hoy se desempeña en el área de comunicación y relaciones institucionales. Flores representó a instituciones en decenas de eventos nacionales e internacionales, desarrolló el programa de articulación para la instalación de la primera sucursal de un banco dentro de un barrio, y fundó el programa “Potrero digital” junto a Juan José Campanella. “Un país distinto lo construimos entre todos. Si no nos juntamos en lo que nos une, vamos a seguir viviendo como vivimos. No importa dónde te haya tocado nacer. Todos podemos hacer algo para construir un mundo en el que todos tengamos un lugar”, cerró.