Los delitos que cometen pungas y arrebatadores en el subte y los trenes bajó entre 50 y 60 por ciento en estos días y se mantendrá en tendencia a la baja durante todo junio y parte de julio, pero sólo porque estos delincuentes decidieron viajar a Brasil para atacar a desprevenidos durante el Mundial de fútbol.
Así lo confirmaron fuentes policiales, las cuales señalaron que en gran parte, se trasladaron bandas completas, integradas en su mayoría por ciudadanos de nacionalidad argentina y chilena.
«Van a aprovechar la cantidad de gente que llegará a San Pablo, Belo Horizonte y Río de Janeiro para atacar en subtes, el metro y trenes, aprovechando que los servicios colapsan más rápido y los descuidos pueden ser mayores. Si en la Argentina con menos gente los pungas atacan con facilidad, en Brasil, con muchas más personas, se les va a facilitar esa tarea», reveló un vocero consultado.
Esta información también coincidió con la página web que se armó para «escrachar» a estos delincuentes y que se llama «pungasenelsubte». En ese sentido, varios integrantes de la denominada «banda de los gordos», que opera generalmente en la Línea «B» se trasladaron al país vecino.
Estos sujetos aprovecharán la llegada de extranjeros «confiados» al Mundial de fútbol y podrán alzarse con botines mayores a los que recaudan en la Argentina y los cuales pueden ser reales, euros o dólares.
«Ya empezaron a irse del país, pero lo harán solo por el tiempo que dure el Mundial. Después van a volver y seguirán cometiendo arrebatos y robos, y seguirán con su absoluta impunidad, ya que esos son delitos excarcelables. Están un par de horas presos y después hay que liberarlos», sostuvo la fuente consultada.
San Pablo tiene un servicio de subte que mueve alrededor de 50 millones de personas por mes, mientras que Río de Janeiro mueve unos 30 millones de usuarios en el mismo período, cifras que aumentarán de manera considerable con la llegada de
extranjeros para disfrutar de la Copa del Mundo.
Mientras tanto, las autoridades argentinas deberán buscar las formas como para evitar que los arrebatadores y punguistas continúen acechando en subtes y trenes, sobre todo en aquellas estaciones en las que se pueden hacer combinaciones, aunque por el momento los intentos no arrojaron resultados positivos.