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En medio de un brote de dengue que afecta el norte y el centro del país, ayer se confirmaron otros tres casos en la Ciudad de Buenos Aires y ya son siete las personas afectadas. Sin embargo, desde Epidemiología del Ministerio de Salud nacional aseguraron que no hay “una epidemia” en el país, aunque admitieron que “son muchos” los casos. Específicamente, más de 1.100, importados y autóctonos, con brotes en Misiones y Formosa.
Los siete pacientes con dengue en la Ciudad tienen antecedentes de viaje a zonas con circulación del virus, indicó la cartera sanitaria en un comunicado. Tres de ellos estuvieron internados pero recibieron el alta médica. Los otros cuatro “tuvieron buena evolución en su tratamiento y en la actualidad están con seguimiento ambulatorio”.
La ministra de Salud porteña, Ana María Bou Pérez, resaltó en diálogo con radio La Red que el Gobierno porteño hace “trabajos de prevención” para evitar la propagación de la enfermedad, y pidió a la población que colabore para detectar reservorios de agua que permitan que el mosquito transmisor del dengue prolifere. También afirmó que “todos los hospitales públicos están en alerta” y que los equipos médicos están instruidos para “actuar ante pacientes sospechosos”.
El director nacional de Epidemiología, Jorge San Juan, sostuvo por su parte que “no hay ninguna gravedad” en los casos registrados y que la propagación de la enfermedad no puede tratarse “como una epidemia” a raíz del número de casos, aunque calificó la situación como un “brote epidémico”, en declaraciones a Radio 10.
El funcionario explicó que “a no ser que sea algo atípico”, la enfermedad “tiene que terminar al séptimo día y no pasar absolutamente nada”, y que el tratamiento “es ambulatorio”. Sin embargo, en diálogo con Radio Vorterix, destacó también que “una vez que comienza es una bola de nieve y progresivo. Lamentablemente no se puede parar porque las condiciones están dadas con el calor, la acumulación de agua y la presencia de mosquitos”.