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A continuación veremos las pautas para una dieta antienvejecimiento que nos ayude a sentirnos bien y mejorar nuestra calidad de vida.
¿Qué es el envejecimiento?
En torno a los 30 años, la especie humana alcanza su pleno desarrollo físico y a partir de ahí los procesos catabólicos, que son responsables de la destrucción de las células, comienzan a dominar sobre los anabólicos o formadores.
Pero no todos los tejidos humanos envejecen a la vez, ni en todos los individuos se produce de la misma manera.
¿Qué factores intervienen en el envejecimiento?
El envejecimiento no es una enfermedad sino un proceso natural dentro del ciclo vital. Sin embargo, existen algunos factores que influyen en este proceso, acortándolo, alargándolo o favoreciendo la aparición de algunas patologías que repercuten directamente sobre la calidad de vida
Intrínsecos o hereditarios como la raza, el sexo o la longevidad familiar. El 10% de los casos de cáncer están relacionados con estos factores.
Extrínsecos, que tienen que ver con el ambiente y los estilos de vida. El 35% de los cánceres están relacionados con la alimentación inadecuada, la obesidad o el sedentarismo, el 30% con el tabaco y el 10% con algunos procesos infecciosos.
Por tanto modificando los factores extrínsecos alargaremos el proceso del envejecimiento o mejoraremos la calidad de vida.
¿Cuáles son los estilos de vida saludables?
Realizar algún tipo de actividad física 30 minutos al día ayudará a mantener un peso saludable y a eliminar el exceso de grasa corporal.
Mantener una alimentación saludable.
Fomentar la lactancia materna, previene la aparición del cáncer de mama y además previene la obesidad infantil.
No fumar.
Fomentar las relaciones sociales para evitar el aislamiento.
Mantener la mente activa con algún tipo de actividad intelectual
Realizar las revisiones médicas periódicas recomendadas.
Prevenir accidentes. La mayoría de ellos son evitables y frecuentemente producen invalidez y dependencia.
Disfrutar de las pequeñas cosas y ser feliz.
Alimentos aconsejables en una dieta antienvejecimiento
En general todas las verduras. Concretamente, las de hoja verde, además protegen contra el cáncer de estómago. El brócoli tiene un alto contenido en vitaminas A y C. El aguacate es muy rico en Vit. E y reduce el riesgo de cáncer de próstata y esófago.
Todas las frutas. La naranja, mandarina, pomelo, limón y kiwi poseen un alto contenido en vitamina C. El plátano en potasio. Los frutos rojos son protectores del aparato urinario y además se les relaciona con la reducción del riesgo de enfermedades degenerativas del cerebro.
La leche y lácteos fermentados tienen un alto contenido en vitaminas D, A, B12 y calcio, indispensable en el crecimiento óseo. También posee potasio y magnesio, intermediarios en la función cardíaca y yodo responsable de la función tiroidea. Además la leche fermentada contiene bacterias vivas que mejoran las defensas intestinales.
Los pescados son recomendables por sus proteínas de alto valor biológico y bajo contenido en grasas. Los pescados azules como el salmón y las sardinas además son ricos en ácidos grasos omega 3 que ayuda a reducir el colesterol y mejoran la función inmunológica.
El tomate es rico en licopeno que reduce el riesgo de algunos cánceres como el de próstata
Algas marinas ricas en selenio que es probable que pueda prevenir el cáncer de estómago, pulmón, colon y próstata. También contienen yodo, responsable de la función tiroidea.
El vino tinto un vaso al día es un factor protector cardiovascular.
La fibra alimentaria, reduce la reabsorción de grasas, favorece el tránsito intestinal y previene fundamentalmente el cáncer de esófago y el colorectal.
El agua, es necesario beber como mínimo de u y medio a dos litros diarios.
¿Cuáles debemos reducir?
Cuando buscamos una dieta antienvejecimiento o antiaging (o sea una dieta sana) deberíamos reducir los siguientes alimentos.
Los alimentos con alto contenido calórico.
Las grasas animales, mantequillas, natas, etc.
Las bebidas azucaradas.
Las carnes rojas, no más de 500 g. a la semana.
Las carnes procesadas
La bollería industrial.
Los alimentos precocinados.
Las bebidas estimulantes, cuidado con la cafeína.
Las bebidas alcohólicas. El consumo superior a un vaso de vino en mujeres y dos en hombres puede influir en la aparición de ciertos tumores como el de boca, faringe, esófago, colorectal y de mama pre y postmenopáusico.
Las bebidas “energéticas” o isotónicas solo son recomendables para reponer electrolitos, no se debe utilizar como sustituto del agua