El pasado martes 1º de noviembre, se realizó en la Legislatura Porteña una reunión pública entre IRSA (la constructora que planifica un barrio de lujo en la ex ciudad deportiva de Del Club Boca Juniors) y la Comisión de Ecología de Diputados, ante la presencia de unos 100 vecinos y miembros de organizaciones socioambientales. Durante la reunión, el presidente de IRSA y varios de sus asesores presentaron el proyecto, según el cual la empresa, dueña de la isla de 70 hectáreas, planea construir más de 700.000 metros cuadrados de departamentos y locales, además de canales, calles y parques, con una inversión de más de 900 millones de dólares.
El pasado martes 1º de noviembre, se realizó en la Legislatura Porteña una reunión pública entre IRSA (la constructora que planifica un barrio de lujo en la ex ciudad deportiva de Del Club Boca Juniors) y la Comisión de Ecología de Diputados, ante la presencia de unos 100 vecinos y miembros de organizaciones socioambientales. Durante la reunión, el presidente de IRSA y varios de sus asesores presentaron el proyecto, según el cual la empresa, dueña de la isla de 70 hectáreas, planea construir más de 700.000 metros cuadrados de departamentos y locales, además de canales, calles y parques, con una inversión de más de 900 millones de dólares.
Los Legisladores se mostraron escépticos y objetaron el proyecto, formulando preguntas que nunca fueron respondidas de manera cabal por los “desarrolladores” que impulsan el proyecto”. Las diversas organizaciones y público presente no pudimos expresarnos ni realizar preguntas en toda la reunión, pese a estar establecido que la primera media hora de las reuniones en la Legislatura deben ser utilizadas para que el público tome la palabra.
Preocupó a los Legisladores la desactualización del estudio de impacto ambiental, la poca conciencia del impacto sobre el humedal, el no respeto al camino de sirga que debe bordear las zonas costeras, la desigualdad urbanística con el vecino barrio Rodrigo Bueno, y los plazos en los cuales el proyecto se comprometería a retornar al égido urbano de la Ciudad el 40% del terreno en forma de espacios públicos.
Al respecto, sostuvo la ONG Amigos de la Tierra “no podemos dejar de reivindicar el originario carácter municipal de estos terrenos, privatizados y vendidos en la década de los ’90, y constituyéndose en otra pérdida patrimonial de los porteños. Hoy, dado que nos encontramos ante el hecho consumado y la imposibilidad de debatir acerca de la legitimidad de la venta de esta parcela, elegimos este medio para declarar públicamente lo que no pudimos expresar en la Legislatura:
Lamentamos que, conociendo el déficit de espacios verdes públicos en la Ciudad, se privilegie con urgencia la construcción de un barrio excluyente, y que el patrimonio público pase a segundo plano. Mientras se intenta aprobar la construcción de este barrio, la Reserva Ecológica Costanera Sur (RECS) sufre las consecuencias de una política que desatiende a los espacios públicos desfinanciándolos. Estas políticas forman parte de una lógica privatizadora que amenaza toda la costa del Río de la Plata, desde sus nacientes en el Río Paraná. La RECS, el único espacio silvestre protegido que conserva la Ciudad y uno de los pocos en toda la provincia, sufre la desidia del GCBA y sobrevive con el apoyo incondicional de su público y algunos funcionarios.
Mientras tanto, el público sigue asistiendo masivamente a la Reserva, reapropiándose del espacio común para disfrutar de la naturaleza, hacer deportes, llegar a orillas de nuestro río, aprendiendo y disfrutando. Mientras los espacios privados avanzan y se consolidan, la reserva sigue ahí, vital y alerta”.