La Boca
Un total de treinta galerías y 80 artistas argentinos participarán el 12 y 13 de noviembre, en el Distrito de las Artes, de la primera edición de arteBA Focus, una feria de arte «curada», algo atípico para este tipo de eventos, con un formato expositivo que no prevé stands y donde todas las obras -de artistas contemporáneos vivos argentinos- se enlazan como en una gran vista panorámica.
Arenas Studios, un inmenso galpón sobre la avenida Pedro de Mendoza 965, en La Boca, que funcionaba antiguamente como fábrica embolsadora y productora de arena, fue el escenario elegido para desplegar este evento que busca sumarse a la oferta cultural de la ciudad, pero principalmente dar muestras de apoyo a la iniciativa gubernamental de establecer un Distrito de las Artes al sur de la Ciudad de Buenos Aires.
Florencia Battiti y Mariana Rodríguez Iglesias tuvieron a su cargo la curaduría de esta feria en formato breve, a las que se invitó a participar a todas las galerías argentinas que estuvieron presentes en la última edición de arteBA en La Rural, tanto de la sección principal como del Barrio Joven.
«Es una feria bastante sui generis», reconoce Alec Oxenford, presidente de Fundación arteBA durante un desayuno con la prensa en Palermo. «Somos pioneros en este tipo de layout», aclara el empresario sobre el formato diseñado sin stands, sin paredes y sin el típico escritorio donde se ubican los galeristas, algo que al principio desconcertó a más de uno, confiesan.
En un espacio diseñado especialmente por el arquitecto Ariel Jacubovich, participan galerías como la salteña La Arte, la cordobesa El Gran Vidrio, la platense BUM, la rosarina Diego Obligado y porteñas como Del Infinito, Document Art, Gachi Prieto, Rubbers y Hache entre otras.
Las obras son de Nicanor Aráoz, Elba Bairón, Daniel Basso, Jane Brodie, Dolores Cáceres, Beto de Volder, Matias Ercole, Diego Figueroa, Daniel Joglar, Luciana Lamothe, José Luis Landet, Luis Felipe Noé, Hernán Salvo y varios más.
Las características fabriles del espacio, paredes de ladrillo a la vista, piso de cemento, empedrados, techos altos, se acoplan con armonía a la oferta artística que en muchos casos se despliega de manera volumétrica y espacial, a través de los más diferentes soportes y disciplinas «que están dialogando todo el tiempo», híbridos que ya no distinguen categorías, acorde con el más reciente arte contemporáneo.
«La punta de lanza es el artista, que produce, y ni se cuestiona en qué disciplina se enmarca, y tratamos de hacernos eco de eso», dice Rodríguez Iglesias en diálogo con Télam.
La horizontalidad planteada busca suspender la dicotomía entre consagrados y emergentes -explican las curadoras en su texto-, al dar cuenta de la intensa experimentación de la producción artística local y las temáticas abordadas en cada creación: en gran parte, reflexiones críticas sobre la realidad y también sobre el propio mundo del arte.
¿Se puede distinguir temáticas afines abordadas por este grupo de artistas? «Hay ciertas temáticas presentes, como el involucramiento de su propio cuerpo en el trabajo, en la laboriosidad de la obra. También coordenadas espaciales y temporales del mundo en el que vivimos hoy, esto de que no hay corte las 24 horas», dice Battiti a Télam.
«El tiempo como una simultaneidad y el espacio como continuidad -complemente Rodríguez Iglesias-. Y en un punto, la arquitectura de la feria responde a eso, una gran panorámica de obras y una y otra». «También se preguntan sobre el propio trabajo del artista -prosigue Battiti-, el artista problematiza su propio lugar de qué es ser artista».
A modo de ejemplo, habla del video -que se proyectará en el Microcine de la feria, espacio curado por Karina Granieri- del artista Juan Becú, «Radical Fitness con Intensive Steve», un video que parodia un programa televisivo de gimnasia aeróbica, en el que el conductor (Becú) realiza diferentes ejercicios y como resultado, obtendrá una pintura.
«Se está riendo de la profesionalización del mundo del arte, y lo ves a él sudando mientras pinta. Es una crítica a cómo el sistema los empuja a los artistas a ser cada vez más profesionales. Pero se está riendo de sí mismo, no es una crítica desde afuera, sino de alguien que está recontra metido en el sistema», señala Battiti.
En otra obra, del artista Federico Cantini, un pollo crudo se cocina a fuego lentísimo al calor de tres estufas de cuarzo. «Hay algo de desfachatez, de provocación», asegura Rodríguez Iglesias. «Además -agrega Battiti- pone al espectador a preguntarse ‘es o no es arte contemporáneo’? Y hay múltiples respuestas», sugiere.
La artista Malena Pizani también busca dejar en evidencia un sistema puertas para adentro, a través de su video titulado «Un artista», dos horas cinco minutos de pantalla negra y letras en blanco que ofrece, de modo ininterrumpido, frases que conforman un catálogo de todo lo posible: «un artista que somete a los demás a sus monólogos egocentristas» o «un artista que de verdad se cree genial» y otras leyendas por el estilo.
«Es como si se le hubiera bajado el volumen a una cuestión de autoridad. La obra no se presenta a sí misma como un saber dogmático, que te dice algo enfáticamente, sino que estamos ante una obra que se permite dudas y genera incertidumbres», recalca Battiti.
Por su parte Julia Converti, gerenta general de la feria, explicó que a cada galerista -ninguno presenta más de tres artistas como máximo- se le ofreció un «costo muy subsidiado»: «pagan siete mil pesos las galerías más jóvenes y 22 mil las consagradas».
La feria, realizada en colaboración con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, abrirá sus puertas al público el sábado 12 y el domingo 13 de noviembre de 12 a 20, en Arenas Studios (Avenida Pedro de Mendoza 965, La Boca, CABA). El valor de la entrada es de $100.