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Las 5 salas de bingo de la Ciudad de Buenos Aires cerraron este juves, minutos después de las 16:00, cuando venció el plazo dado por la Lotería Nacional.
Los bingos se mantenían abiertos gracias a una medida judicial, a pesar de tener sus concesiones vencidas desde hace 2 años.
Durante los últimos días, los 450 trabajadores no pusieron en juego los pozos acumulados como una manera de de reclamar que les garanticen los $ 50 millones que se necesitan para cubrir las indemnizaciones, pero por ahora los operadores de las salas no les dieron ninguna respuesta.
Pasadas las 16:00 de este jueves salieron de las salas los últimos jugadores. Los empleados se quedaron a la espera de la llegada de representantes del sindicato. «No hay vuelta atrás, no hay lugar para más cautelares», le dijo a clarín.com el jefe de la sala Lavalle, Diego Sanz.
Las salas eran manejadas por un operador (la de Caballito) y una sociedad, las restantes cuatro (Flores, Lavalle, Congreso y Belgrano). Esta última maneja los bingos de Lujan y Moreno y tiene una participación en el Casino de Mendoza.
El negocio de otros bingos, por ejemplo, los del GBA se sostienen con las tragamonedas. Los de Capital nunca consiguieron que les habilitaran el negocio que está monopolizado por Cristóbal López y sus socios.
Desde el sindicato de trabajadores de juegos de azar (ALEARA) anticiparon que iniciaron una demanda a las empresas y al Estado porteño para garantizar el pago de las indemnizaciones.
Ese gremio realizó el miércoles protestas en las calles en rechazo a la clausura
Los cortes fueron en las puertas y alrededores de los bingos Lavalle, Flores, Belgrano, Caballito y Congreso. Así, se vieron afectados los cruces de Corrientes y Esmeralda, Rivadavia y San Pedrito, Cabildo e Iberá, Rosario y Centenera, y Rivadavia y Pasco.
Ante la amenaza de que unas 500 familias pierdan su fuente de trabajo, los manifestantes montaron mesas y sillas y algunos se pusieron a jugar a las cartas.