Pompeya
Un taller textil clandestino fue clausurado en las últimas horas por orden judicial en Nueva Pompeya y dos hermanos quedaron imputados, tras una inspección de la que participaron la Policía de la Ciudad y distintas dependencias del Gobierno porteño.
Oficiales de la Comisaría Vecinal 4 B de la Policía de la Ciudad se encontraban en tareas de prevención en los alrededores de la zona comercial del barrio, y vieron a dos hombres salir del pasillo de una casa en Ventana al 3800 con gran cantidad de pantalones, algunos dentro de bolsas de nylon y otros sueltos, que eran subidos a un utilitario Peugeot Partner, donde los policías vieron que había más prendas de ese tipo.
Ante la consulta de los efectivos, los hombres, hermanos de 27 y 25 años, admitieron que no tenían documentación de la mercadería y que tenían un taller en la vivienda, sin habilitación, todo ante un testigo solicitado por los oficiales.
En principio, los hombres se negaron a ser identificados, aceptando luego.
Los policías consultaron con la Fiscalía en lo Penal, Contravencional y de Faltas 40, a cargo del Dr Blas Matías Michienzi, secretaría de la Dra. Ana Küchenmeister, que solicitó la colaboración de la Agencia Gubernamental de Control (AGC) para realizar una inspección.
En el lugar se hizo presente el representante legal de los imputados, a quien se le informó de los sucedido.
Posteriormente, se coordinó un operativo con la Dirección General de Coordinación Operativa, dependiente de la Secretaría de Justicia y Seguridad de la Ciudad, y se solicitó la cooperación de personal de la Dirección General de Fiscalización y Control (DGFYC) y de la Subsecretaria de Seguridad, que les solicitaron a los imputados permiso para ingresar a la finca.
Allí los inspectores informaron sobre la existencia de un taller clandestino de grandes dimensiones, de dos pisos, con estantes repletos de ropa, maquinarias industriales, rollos de tela, accesorios de confección, bultos con jeans.
También descubrieron que en el pasillo que conducía al taller había un boquete precario que comunicaba con un patio que daba a varias habitaciones en dos plantas, adonde fue negado el acceso.
La Fiscalía dispuso realizar consulta al Juzgado Federal 11 en turno que rechazó la existencia de delito para dicho fuero, por lo cual desde la Fiscalía se dispuso que se ingrese junto a personal de la AGC y la Subsecretaría de Seguridad al espacio que fue negado y constatar qué había detrás de cada habitación.
Hallaron siete habitaciones, tres en planta baja, y cuatro en la alta, además de una cocina con muchas ollas y un baño precarios. En las piezas muchas frazadas, zapatillas, colchones.
En una de ellas se encontraba la madre de los imputados, que aseguró que solo vivían allí ellos tres pese a la gran cantidad de habitaciones.
Desde la Fiscalía del Dr. Michienzi se dispuso colocar cuatro fajas de clausura en la puerta que da al taller y realizar el acta correspondiente.