El 31 de mayo, el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri y la ministra de Desarrollo Social, María Eugenia Vidal, lanzaron el Plan de Prevención Frío 2010, que consta de un trailer sanitario, además de un incremento del 30% en la cantidad de plazas disponibles en los paradores. “El objetivo es aumentar la capacidad de respuesta del estado”, explicó Vidal.
Pero más allá de los anuncios, el periodista Gustavo Veiga en Página 12 del 7 de mayo, denunció que el gobierno porteño cambió el modus operandi, pero no la política de fondo hacia las personas en situación de calle. La UCEP, que se ensañaba con ellas, le cedió esa faena al servicio de Higiene Urbana. Como los sin techo que pueblan Buenos Aires son cada vez más numerosos y el Ministerio de Ambiente y Espacio Público no puede con ellos, ahora va contra sus escasas pertenencias. Transforma todo lo que poseen en basura. Al menos una de las empresas que se ocupan de la recolección de residuos, Urbasur, ya tiene una denuncia ante la Defensoría del Pueblo por haberse llevado en sus camiones colchones, frazadas y otros enseres de indigentes. Una pareja de personas discapacitadas reveló ese despojo que ocurrió en el barrio de Almagro, y que no es el primero registrado en el año. En la misma cuadra, a un hombre mayor le sucedió algo parecido un mes antes. A otro que criaba palomas en San Cristóbal, debajo de la autopista 25 de Mayo, se las arrojaron con sus respectivas jaulas adentro de otro camión. Otro tanto pasó con todos sus bártulos. Y en La Boca hubo un operativo donde se incautaron bienes de indigentes en la esquina de Brasil y Pedro de Mendoza. La novedad es que ahora suele actuarse de día y cuando los damnificados no están presentes.
Tampoco coinciden los números de la población en situación de calle. Para la funcionaria Vidal, la gente en situación de calle en la ciudad no supera las 1400 personas. Según los censos de años anteriores estas cifras trepaban a menos de 800 personas, pero Médicos del Mundo afirma que actualmente hay casi 15.000 personas viviendo y durmiendo en la calle de los cuales 4.500 son niños y 2.000 adultos mayores.
Médicos del Mundo, remarca que las cifras oficiales son irreales: «El Gobierno porteño hace un conteo durante una noche, sostiene el epidemiólogo Gonzalo Basile, presidente de la delegación argentina de la organización. No cuenta a los que tienen un subsidio de tres meses, después de los cuales vuelven a la calle, ni a los que duermen por una noche en un hotel. En 2008 calculamos que había 10.000 personas en la calle. Como en los últimos dos años hubo muchos desalojos, ahora hay más».
Durante el último año un total de 113 personas en situación de calle murieron a causa de las adversas condiciones climáticas y la falta de asistencia en la Ciudad de Buenos Aires.
Los diferentes gobiernos han aplicado medidas de corte focalizado y asistencial, con el control social de los excluidos como único objetivo. Y ante el fracaso de este tipo de políticas, por incapacidad o falta de interés por lograr una solución, empezaron a tercerizar las diferentes tareas en Organizaciones no gubernamentales (ONGs) o instituciones eclesiásticas, que hacen un negocio con este tema: como reciben mucho dinero no mejoran la situación, sino que la prolongan. La nueva ley apunta a romper con este entramado asistencialista.