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El dueño del local quiere alquilarlo a una pizzería, pero los socios de la cadena se oponen. Empleados y clientes le dieron anoche un abrazo simbólico al restaurante para intentar frenar su desaparición.
Famoso por sus papas soufflé, su comida post cine o teatro y su lugar de privilegio en el corazón de celebridades y adeptos a la calle Corrientes, hoy está al borde de la desaparición. Se trata de El Palacio de la Papa Frita, que podría ser desalojado: el dueño del local quiere alquilarlo a una pizzería. Para intentar impedirlo, ayer a las 20 hubo un abrazo simbólico al restaurante, del que participaron los 51 empleados de la sucursal del Centro, además de los 200 de las sedes restantes y muchos de sus clientes.
Todo habría comenzado por un conflicto entre los socios del local ubicado en Corrientes 1612. Allí nació en 1952 la cadena, que hoy cuenta con tres sedes más: una en la Costanera, en avenida Rafael Obligado 6710; otra en Recoleta, en Laprida 1339; y una tercera, también en el Centro, ubicada en Lavalle 735.
“El 11 de mayo nos comunicaron el desalojo, que se concretaría mañana (por hoy). Me duele esta situación, es totalmente injusta. El Palacio no merece desaparecer de la avenida Corrientes. Queremos y vamos a defender este espacio”, dijo ayer a Clarín.com el empresario gastronómico Ricardo Maidana, quien en 2014 se hizo cargo de la empresa, en ese momento también en riesgo de cierre.
Maidana es socio mayoritario de la cadena, pero el dueño del local de Corrientes 1612 no es otro que Miguel Paz Ceminara, quien habría decidido alquilar el local a una pizzería. “Quiere matar la historia del Palacio de un plumazo, no tiene lógica”, lamentó Maidana.