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A 80 años de su muerte, son varios los recuerdos a Carlos Gardel. Un recorrido por distintas estaciones del subte revela que el Zorzal Criollo está más que presente en la vida diaria de los pasajeros.
Se multiplican los homenajes a Carlos Gardel. Distintas estaciones de subte lo recuerdan con coloridos murales para que los pasajeros lo celebren a diario.
En la estación Miserere de la Línea A, mano a San Pedrito, Carlitos te espera parado sobre una patineta y ropa de gaucho. Una imagen, poco común. Esta obra moderna fue realizada por Run don’t walk y Stenciland, artistas de streetart.
En el vestíbulo de la estación Corrientes de la Línea H, hay un mural con técnica de fileteado realizado por Jorge Muscia y Alfredo Martínez. Allí se ve al Zorzal Criollo junto a su amigo Enrique Santos Discépolo.
Luego, en la Línea B, es fácil encontrarlo en la parada que lleva su nombre desde 1984 “Carlos Gardel” y que lleva a su barrio de toda la vida: el Abasto, en rigor, barrio de Balvanera.
En este caso, los murales son numerosos. Dos de ellos son obra del maestro Carlos Páez Vilaró (“Mi Buenos Aires querido” y “Homenaje a Buenos Aires”) y después hay intervenciones de otros artistas, como murales cerámicos de Marino Santa María.