Las políticas educativas implementadas en los últimos años tanto en el ámbito nacional como en la ciudad de Buenos Aires no logran revertir un cuadro de situación marcado por la exclusión. Laura García Tuñón, Docente, Directora General de Coordinación Comunitaria de la Legislatura de la C.A.B.A. y ex legisladora porteña por Unidad Popular; junto a Guillermo Volkind, Psicólogo social, Licenciado en Ciencias de la Educación y Director de la escuela secundaria Aula Taller, participaron de un encuentro de educadores organizado por la regional norte de la CTA Capital.
La idea fue generar un espacio de discusión de políticas educativas y prácticas docentes, comprometidas con la construcción de una escuela pública y popular. La Jornada tuvo lugar en la Escuela Media nº3 “Antonio Devoto” el 27 de mayo. “La organización de los docentes es fundamental para generar un gran movimiento alrededor de un debate central en educación, frente al vaciamiento y la pauperización de la educación.
Este tipo de debates nos fortalece en la discusión de políticas-pedagógicas, que tenga como centro la construcción colectiva de conocimiento, como uno de los principales desafíos de nuestro tiempo, afirmó García Tuñón.
La legisladora (mandato cumplido) recordó algunas cifras locales: En la comuna 11, el 31.5% de los mayores de 25 años no terminaron el secundario, mientras que en la comuna 10, se trata del 24%. “Son números altísimos”, aseguró. En este sentido, Laura García Tuñón manifestó que “en general hablamos de la cantidad de chicos que son desertores y abandonan la escuela (en la Ciudad, el 49% no terminan el 5º año), responsabilizando a nuestros pibes o al contexto en que se desarrolla la práctica educativa”.
La clave, explicaba García Tuñón, reside en la construcción de políticas públicas que sean inclusivas y que posibiliten a las instituciones indagar “¿qué es lo que hace este sistema educativo para generar esos niveles de deserción y qué debemos hacer ante ello?”.
El licenciado Guillermo Volkind trajo al debate las conclusiones de una investigación: “los chicos que provienen de familias pudientes entienden que para tener un trabajo no hay que ser inteligentes, pero ellos se consideran inteligentes y aquellos de familias empobrecidas dicen que es fundamental ser inteligente para tener un trabajo y ellos no se consideran inteligentes”. Por ello el psicólogo hace un llamamiento humanitario: “¿cómo dar la espalda a una batalla que le puede devolver a estos chicos, que no se creen inteligentes su identidad y demostrarles que lo son?”.
A continuación, Volkind se explayó en el significado de este posicionamiento. “La batalla pedagógica no consiste en buscar una opción más dinámica para evitar el aburrimiento de los estudiantes, ni intentar enseñarles al menos algo ya que están en la escuela”, argumentó el licenciado. “Mientras que un grupo está aprendiendo sujeto y predicado, hay un grupo más pequeño que maneja la gramática castellana, francesa y anglosajona; es decir, el conocimiento se restringe en aquellos lugares que más se necesita y se amplía para aquellos que siguen tomando las decisiones. A esto me refiero con batalla pedagógica”.
“Hay docentes que se replantean y se esfuerzan por mejorar sus clases – relatabaLaura García Tuñón – y lo entienden como un acto de mejora de las prácticas, de hacerlas más atractivas para que los chicos no se aburran adentro del aula, pero no se está rompiendo con las barreras de exclusión existentes”. La Directora General de Coordinación Comunitaria, recordó a Orlando “Nano” Balbo quien “…planteaba que para enseñar en un contexto de tantas carencias y dificultades era necesario dejar entrar la cultura de los estudiantes y de los docentes al aula y enfrentarla a la cultura hegemónica que plantea la escuela, en una negociación continua que posibilite las condiciones de enseñar y de aprender”. “Los maestros son los que construyen las condiciones de aprendizaje”. Señalando que es necesario garantizar dentro de la escuela, el espacio para el diálogo y la escucha entre la cultura de estudiantes y profesores, capaz de interpelar a esa cultura hegemónica.
Desde allí se enmarca la crítica a la propuesta de la Nueva Escuela Secundaria.“Hoy la NES propone un replanteamiento del diseño curricular porque los chicos se aburren y no están contextualizados, pero si sólo se queda en esto va a fracasar y eso es lo que creo que va a suceder con esta reforma que plantean tanto el gobierno de la Ciudad como el nacional”. “Necesitamos formas de trabajo y de organización distintas, donde profesores y estudiantes sean los protagonistas de su formación”.