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En ella son muchos los que reclaman hoy una presencia real del Estado y la urgente urbanización.
De acuerdo a un censo realizado por la Comisión Nacional de Población, Hogares y Viviendas en 2010, en la villa 21-24 había 30.000 residentes, mientras que se calcula que en la actualidad viven entre 40.000 y 60.000 personas.
“Acá nunca hubo una ayuda de parte del Estado. Se dice que esta villa es la más peligrosa que hay en el mundo y, la verdad, no es así”, afirmó Javier Moreno de 22 años, uno de los tantos jóvenes que trabajan en el barrio para progresar y salir adelante esquivando la marginación social, las drogas y la inseguridad.
“Nos denigran por ser simples villeros y vivir en una villa, y es injusto porque solamente el que vive acá sabe lo que se vive”, agregó para explicar las realidad de cada día.
Luego de hacer en 2015 el taller gratuito “La voz del Mercosur”, que brindó la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), en el barrio Javier es conductor del programa de radio “Inquietos por naturaleza” y docente en el “multiespacio” FM La Caterva.
En ese marco, al ser consultado por sus ambiciones no duda en afirmar que su futuro está en el periodismo y que espera algún día convertirse en conductor o entrevistador de algún “medio importante”.
La inseguridad, el paco, los problemas de salud que genera la cercanía con el Riachuelo, sumado a la falta de urbanización son algunas de los problemas a las que se debe hacer frente a diario.
“Si venís con tu hijo te pueden llegar a robar porque esta el tema de la droga y tal vez ese pibe no te reconoce y te puede meter un tiro o te puede apuñalar. El paco está arruinando cada vez más a los pibes. Nadie se interesa por nosotros”, cuenta Javier con indignación y bronca, pero agrega que “también está el lado bueno del barrio en los pibes que día a día se levantan a la mañana y van a trabajar para salir adelante”.
fuente: telam.com.ar