La Presidenta de la Comisión de Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud de la Legislatura Porteña, Diputada Claudia Neira,presentó una declaración de repudio ante las declaraciones ofensivas hacia las mujeres del Jefe de Gobierno Mauricio Macri. Este proyecto fue suscrito por los y las diputadas: Gabriela Alegre, Lorena Pokoik, Pablo Ferreyra y Paula Penacca.
Al repecto, la diputada Neira expresó que «el Jefe de Gobierno banaliza insultos y agresiones como si fuesen piropos livianos»
Este tipo de comentarios como los expresados por Mauricio Macri son definidos como acoso sexual en el Glosario realizado por la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU-Mujeres).
Neira manifestó que»esta actitud estigmatizante y sexista no resulta una actitud exclusiva del Jefe de Gobierno» y agregó:
«Ya este año, la Gestión Macrista había celebrado una jornada conmemorando el Día Internacional de la Mujer donde ofreció actividades como: sorteo de electrodomésticos, tarotistas, y clases de gimnasia. Este tipo de propuestas refuerza los paradigmas más obsoletos sobre cuál es el rol de la Mujer en nuestra Sociedad».
Por una radio de Tierra del Fuego, Macri defendió el llamado “piropo” como un halago a las mujeres y consideró poco creíbles a las que los rechazan.
No creer en la palabra de una mujer (al margen de la intención del piropo) es uno de los condimentos sociales más escabrosos sobre el cual reposa buena parte de la violencia institucional y social sobre ella.
El Estado ha construido un andamiaje jurídico para reemplazar la palabra y la decisión de la mujer, por su propia palabra y sus propias decisiones. El caso más flagrante es la continua punición del derecho al aborto y los ataques contra los derechos reproductivos de la mujer. Pretenden que el Estado y la Iglesia saben mejor sobre la mujer que la mujer misma. .
El gobierno nacional y el de la Ciudad han destruido por igual cualquier organismo de asistencia a las mujeres y las destinan a la precariedad laboral y habitacional. Ambos gobiernos naturalizan el negocio de la prostitución cuando insisten en presentarla como una tendencia innata o indomable. El gobierno nacional plasmó esta defensa en la versión original de la ley de trata. En cada provincia opera un lobby prostibular de sus representantes, como el del diputado camporista por la provincia de Santa Cruz, Contreras, y su defensa de los prostíbulos. El acompañamiento de un proxeneta de la Recoleta a la delegación presidencial a Angola, junto a la presidenta y al ex secretario de Comercio, Moreno, podría ser otro ejemplo. La negativa a tratar el aborto legal se inscribe entre uno de los atropellos reales y simbólicos más grandes que ejerce el poder político por sobre las mujeres! .
En materia de políticas de violencia contra la mujer, el gobierno de Macri garantiza, junto a las fuerzas federales instaladas en la Ciudad, el negocio de la prostitución. Hace lo propio también cuando impone decretos que ofrecen herramientas a médicos y funcionarios clericales para evitar que la mujer acceda a un aborto no punible.
El “piropo” no es halago cuando trata de un modo despectivo o inferior al género femenino y exhibe un vínculo desigual. Cuando lo defiende un representante del Estado, que conoce bien sus manifestaciones despectivas e incluso expresa públicamente una desautorización a las mujeres que lo rechazan o se sienten violentadas por él, estamos en presencia de una violencia política en acto.
La posición de Macri debe servir de lección a los trabajadores en lo que tiene que ver con el respeto hacia la mujer, lo cual es una premisa para cualquier lucha victoriosa contra la explotación social del capitalismo.