Un roedor de gran tamaño apareció en una terraza

«Cuando me desperté estaba ahí en el techo de nuestra casa, primero pensé que era uno de nuestros gatos, pero para sorpresa era ‘una rata gigante'», contó Eduardo Sarmiento, el dueño de la vivienda de la calle Pinzón sobre la cual apareció el animal.

Sarmiento subió a su cuenta de Twitter la imagen del animal en su terraza. Primero publicó un par de fotos con la leyenda: «La naturaleza se abre paso, hoy apareció este yacaré yaguareté en mí casa, los gatos ni cabida».

Pero luego, con mayor información sobre la real clasificación del animal, el vecino de La Boca señaló que el personal de Defensa Civil que llegó para llevarse al singular visitante le informó que se trataba de coipo, y que posiblemente había salido de la Reserva Ecológica.

Sarmiento fue narrando las alternativas de la aparición hasta la búsqueda fallida del coipo, al que bautizó «Luchito». «Le dimos algo de comer, un poco de agua y llamamos al 147 para que lo vengan a buscar».

«Vino defensa civil -narró el vecino de La Boca-, pero no pudieron capturarlo, se fue por los techos, vino un rato y se volvio a ir. Es bastante amistoso, pasa al lado de los gatos y conviven lo mas bien».

Sarmiento señaló también que Defensa Civil se iba a contactar con personal de la Reserva, para que lo vinieran a retirar.

«Se durmió la siesta y ahora se pasea por los techos de los vecinos. Es una cuadra de casas bajas», acotó el muchacho, en una de sus últimas actualizaciones sobre las aventuras del coipo en ese barrio del sur de la Ciudad.

Sobre si esperaba una visita de ese tipo en plena cuarentena, el joven señaló: «Nunca, lo mas extraño que se ve por aca es algúnn gato perdido, es una cuadra de casas bajas, nada del otro mundo».

Sarmiento, que vive en su domicilio con otros cinco amigos, contó que su vecindario se encontraba «asombrado» con la presencia del animal, ya que «nadie entiende cómo llegó ahí».

El caso del coipo que circula por los techos del barrio de La Boca se suma al de otros animales que aprovecharon el confinamiento humano para ocupar lugares que antes no se atrevían a visitar. Esto se pudo ver con diferentes especies, en el mundo y en la Argentina.

Así, por ejemplo, en Mar del Plata los lobos marinos coparon las calles del puerto, y en Puerto Pirámides, Chubut, y en e l Valle de la luna, San Juan, se vieron guanacos paseando donde antes no se veían.